• Facebook
  • Twitter
  • Carnaval de Málaga TV
Carnaval de Málaga [WEB OFICIAL] - La Fiesta del Invierno Cálido
01
Luis del Valls Velilla
Pregón del Carnaval 1983
Es una vieja costumbre que se pierde en las añadas usar romance de ciego para hablar de las hazañas que hicieron los caballeros escuderos y tarascas ladrones, pillos, truhanes personas buenas o malas cuyas historias narraron por los mercados y plazas anónimos trovadores de tambor y de dulzaina.
Es una vieja costumbre cuya licencia reclama este humilde pregonero aquí, en la ciudad de Málaga, a veintinueve de enero de aqueste año de gracia, por tres razones muy simples, aunque no vaya a explicarlas:
La primera, y principal, es la lucha denodada de esta joven Comisión, que ha devuelto a su ciudad una fiesta ya olvidada, sin regatear esfuerzos, ilusión, pasión o ganas (Creo que si algún aplauso ahora mismo se escapara sería bien recibido por gente con tanta marcha).
Y como el viejo romancero también duerme en telarañas hemos visto la ocasión de, con tanta buena compaña, resucitar viejos ripios en esta alegre mañana.
La segunda razón es popular. O sea, muy clara: si el Carnaval es del pueblo y lo pide y lo reclama hablemos al pueblo llano de manera lisa y llana. Y no como esos discursos donde nadie entiende nada, bien porque hablan muy deprisa como lo hace el señor Fraga, bien porque para decirnos que, en Francia nadie nos ama nos aseguran que sí, que Francia ya está encantada, que les chifla don Felipe no es mala de organizarse, aunque no estemos en Pascuas, y la nueva democracia, y en cuanto pasa un camión... ¡nos joden todas las naranjas!
La tercera razón es... Me da vergüenza ¡caramba! y no sé cómo decirlo sin ver caras enfadadas. La tercera razón es... ¡porque a mí me dá la gana! Perdone, señor alcalde, pero ha empezado la chanza y no hay que tomarse en serio discursos de gente rara, como son los escritores y personas disfrazadas. Así que con su licencia, su permiso y, sin trabas, comencemos el Pregón del Gran Carnaval de Málaga.
¡Oídme bien los ancianos, los niños y las muchachas, los mozos bien afectados y, también, los que usan barba! ¡Oídme los caballeros de la elegante corbata y los que, como son troncos, esa prenda ya no gastan! ¡Oídme bien las mujeres, o solteras o casadas, que todas se han de enterar de lo que en la ciudad pasa.
Va a empezar el Carnaval que es la fiesta a la vieja usanza, muchas veces prohibida por el pecado de laica, pero que siempre retorna como el mar vuelve a la playa. "Todo el año es Carnaval", dijo don José de Larra, hablando de los hipócritas que nos ponen buena cara y, luego, nos perjudican, nos mienten y nos engañan.
Como esos ya no contamos de ellos no queremos nada, porque llevan el disfraz metido entre las entrañas. Contamos con la otra gente, la mayoría, la sana: la que labora en silencio y sabe que la jarana no es mala de organizarse, aunque no estemos en Pascuas. ¡Trinidad, Perchel, Huelin, los del Palo y la Alcazaba. Sacad los viejos disfraces olvidados en el arca y dejad allí las penas, que, en este mundo, no faltan! Y contadle a la vecina no lo bien que el jabón lava -ese del anuncio cutre, que a mí me da cien patadas sino que van a salir las murgas y las charangas, que hay alegría en la calle, y grandes bailes de máscaras, que las cuadrillas y peñas están que todo lo cantan, y que, a una señora seria, que conocéis de la plaza os han parecido verla disfrazada de romana.
¡Oídme bien los ancianos, los niños y las muchachas, los pobres de capital, y los ricos por su casa! ¡Oídme los forasteros, cuya suerte ya está echada pues no vais a querer perderos esta formidable farra!
Va a empezar el Carnaval y nos vamos de parranda porque nos lo pide el cuerpo y, un poco, también el alma, que se viven cuatro días y, algunos, salen mu maulas. Así que ¡fuera tristeza! y que tañan las guitarras, y que se llenen los vasos, y que empiece la danza, y que el jolgorio y la risa estallen en las gargantas como explotan los cohetes allá por la madrugada.
El Carnaval es romper con aburridas jornadas, llenas de monotonía, oscuras, cuitas, cansadas: olvidarse de fichar a la entrada de la fábrica de facturas, del colegio, de las letras y de tantas cosas como nos persiguen en días sin esperanzas.
¿Quién habló de pesadumbre? ¿Es que el pregonero falla? ¿Nos va a convertir la fiesta en velatorio sin causa? ¡Adiós a las aflicciones, las monsergas y la lástima! estamos en Carnaval, momento y tiempo de farsa, el dios Momo ya ha venido cargado con mil patrañas.
Tened cuidado con él, que a Júpiter asustaba y del Olimpo lo echaron por miedo de sus andanzas; pero aquí somos prudentes y, en la broma, en la humorada.
Sabemos que el pasatiempo no debe pasar la raya que el buen gusto limita con la horrible gamberrada. ¡Levántate ingenio y anda! compón letras alusivas, ironiza nuestras faltas critica a los mandamases que es bueno que a los que mandan les exageren los vicios al compás de una tonada: que ya la música suena y, arriba pues, con las faldas... al bailar, quiero decir -¡que gente más mal pensada!-
Los fuegos artificiales en las noches estrelladas van a escribir la canción del júbilo sin nostalgias, la alegría de este pueblo que calla, sufre y trabaja, y que sabe solazarse con una mirada pícara, con un guiño malicioso, con un juego de palabras.
¡Bienvenido Carnaval! Ha tiempo se te esperaba para barrer a los muermos y a la murria escandinava que, aunque nos dejen divisas, son más sosos que una pava. ¡Bienvenido Carnaval! Es tiempo ya de acampada. Probémonos los disfraces, nos caigan como nos caigan, que reírnos de nosotros es de personas muy sabias.
¡Que comience ya el desfile, que se escuchen las charangas, que sus sonidos alegres lleguen a todas las casas y todo el mundo se entere que, hoy, aquí, en la bella Málaga, hombres, mujeres y chicos como piña solidaria, festejan su fe en la vida de forma rotunda y clara! Te lo diré en soleá y así mejor te lo grabas: "El gran Carnaval de Málaga, espejo de Andalucía y el más hermoso de España".
FacebookTwitterRSS FeedPinterest
01
Subir al Inicio